RESEÑA HISTÒRICA ALGUNAS DE LAS MÀS DESTACADAS HISTORIETAS DE AMÈRICA LATINA
Entre
las mejores de América latina tenemos:
En México las historietas se denominan
"monitos". Puede considerarse que la primera historieta que se
publicó en México fue "Rosa y Federico”, de Cuéllar y Villasana, en un
periódico, en 1869. A partir de 1880 la cigarrería "El Buen Tono"
insertaría en cada cajetilla la "Historia de una mujer", una serie
de 102 litografías del catalán Eusebio Planas. Ya en los primeros años del
siglo XX, la prensa publicaría tiras con personajes fijos, como “Don Chepito”
(de Posada), “Aventuras de un tourista” (de Martínez Carrión), “Las aventuras
de Adonis” (de Lillo), "Casianito el niño prodigio" (obra
anónima), “Macaco y Chamuco” (de Torres), "Sisebuto" (de Pérez y
Soto), “Panchito el corto” (de Alcalde y Olvera) y “Candelo el
argüendero" (de Islas Allende). En 1921 llegaría la primera historieta
de larga duración en México, “Don
Catarino y su
apreciable familia”, de Fernández Benedicto (en los guiones) y Salvador
Pruneda (en los dibujos), en el suplemento dominical de “El Heraldo”. En
1922, Juan Urrutia crearía a "Ranilla"
(imagen de la derecha), un rechoncho fumador que se convertiría en el primer
personaje auténticamente popular de la historieta mexicana.
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Posteriormente, en el diario “El Universal”, llegarían
“El señor Pestaña” (1927, de Audiffred y Zendejas), “Mamerto y sus
conocencias” (1927, de Tilghmann y Acosta), y “Adelaido el conquistador”
(1928, de Arthenack). En 1935 aparece la revista de historietas
"Paquito" y un año después "Chamaco Grande". En 1936
aparece también la revista "Pepín", que alcanzaría un gran tiraje y
duraría hasta 1955. En ella se publicarían, por ejemplo, "Los Supersabios"
(una historieta de calidad con cuentos matemáticos, de Germán Butze), y la
humorística "Don
Proverbio" (de Gutiérrez). En 1936 aparecerían por
primera vez las tiras de "Chicharrín
y el Sargento Pistolas", de Guerrero Edwards, y la primera
historieta "seria", “Águila
Blanca” de Alfonso Tirado. Ya en la siguiente década tendrá
lugar la edad de oro del cómic mexicano, con tiras como las del negrito “Memín Pinguín”
(imagen de la izquierda), aparecida en 1945, con guión de Vargas Dulché y
dibujos de Cabrera y Valencia, y con la tira cómica familiar “La
Familia Burrón”, creada en 1948 por Gabriel Vargas
Bernal. En 1949 se funda la “Editorial Novaro”, y en 1956 el “Grupo Editorial
Vid”.
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Con los años fueron apareciendo cómics como "Rolando el Rabioso" (de Gaspar
Bolaños), "A Batacazo Limpio" (de Araiza), "Padrinos y
Vampiresos" (de Bismarck Mier), "Isabel de Lancaster" (1953,
de Casillas y Armenta), "Tawa,
el hombre gacela" (1959, de Cervantes), “Chanoc“ (1958, de Martín de Lucenay y
Angel Mora), “Los
Supermachos” (1964, de Rius), "Aníbal 5"
(1966, de Jodorowsky y Moro Cid), “Los Agachados” (1968, de Rius),
“Hermelinda Linda“ (de González Guerrero, Cabezas y Buendía), “Kendor, el hombre
del Tibet” (de Muñoz Martínez y Kuri García), etc. Surgidos de la radio,
aparecieron los comics de “Kalimán”
(1965, derecha, de Navarro, Vázquez, Fox y Crisuel) y “Tamakún, el vengador
errante” (1975, de Couto y Callejas).
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Por su parte, José G. Cruz, creador de "El santo, luchador
enmascarado", mezcló la fotonovela con la historieta, con un personaje
que sería uno de los héroes más populares de México. En cuanto a las
revistas, con el tiempo empezaron a publicarse varias nuevas como "Pin
Pon", "Macaco", “La Garrapata”, "Pinocho", “Snif” y
"Cartones". Ya a partir de los ’80, surgirían nuevas tiras como ser
"Karmatrón y los Transformables" (1979, de González Loyo), “El Pantera” (1980,
de Muñoz Martínez), “Samurái John Barry” (1983, de Arcos), "Don Ramirito"
(izquierda, 1984, de Francisco Fraga), "Ultrapato" (de E. Delgado), "El Cerdotado"
(1998, de Polo Jasso), “La Blanda Patria” (1988, de Henríquez), “La
netafísica” (1989, de Aráu).
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En Chile, en
1949, en "Okey", debuta Condorito, un personaje creado por
"Pepo". Condorito finalmente se independiza (en 1955 tuvo revista propia), y llega a
ser el personaje más importante de Chile, ya que su sano humor y el contenido
de sus aventuras lo han dado una gran proyección y aceptación mundial.
Otra
referencia es Cuba, como una forma de enfrentar a la invasión de los comics
desde Estados Unidos, en 1927 aparecería "El Curioso Cubano", de
Porter Vilá, y, más tarde, un suplemento infantil en el diario
"Hoy", con tiras como "Espartaco" (de Benítez) y "La
vida de Julio Antonio Mella" (de Rodríguez). Por su parte, el periódico
"Información" fue uno de los órganos que más páginas de historietas
cubanas publicó; entre las tiras podemos mencionar "El Eterno Sainete
Criollo" (de Robreño y Valdés Díaz), "Episodios de la Historia de
Cuba" (de Fuentes), "Don Macario Criollo Viejo" (de Aguilar),
"Picadillo con arroz" (de Vidal) y "Napoleón" (de Nuez).
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En 1959
llegaría "Supertiñosa" (de Virgilio y Behmaras), que era una
parodia sobre el personaje norteamericano "Súperman", pero se
considera que el que renovó el lenguaje humorístico de la historieta cubana
fue "Salomón", un mutante perturbado, obra de Chago. En cuanto a
las revistas, hay que destacar a "Carteles", "Bohemia" y
"Avance" (con autores como Fuentes, Rodríguez y Fornés Collado), y
a las clandestinas "Mella" (con la tira "Pucho", de
Martínez y Behemaras) y "El Cubano Libre" (con "Julito
26" y "Juan Casquito", ambos de Chago).
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El País
Gráfico, por su parte, también albergó varias historietas ("Napoleón el
Faraón", de Alonso; "La Pandilla", de Saviur, etc.). En 1970
aparecería, de la mano de Juan Padrón, en las páginas de "Pionero",
la tira "Elpidio Valdés" (izquierda); este personaje, valiente y
honesto, sería uno de los más longevos de la historieta cubana, y llegaría,
incluso, al cine animado. Desde 1986 comenzaría a publicar, en diversas
revistas, el dibujante "Garrincha".
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Se considera que la primera viñeta humorística
publicada en Argentina fue "Viva
el Rey", del año 1824, obra del Padre Francisco de
Castañeda, quien poseía una Academia de Dibujo. En 1934 César Bacle realizó
una serie humorística de litografías sobre las damas porteñas ataviadas con
exagerados peinetones. En 1935 apareció el primer periódico ilustrado en la
Argentina, el "Diario de Anuncios y publicaciones oficiales de Buenos
Aires", con varias litografías. Sin embargo, los primeros relatos
gráficos publicados en el país recién aparecen en los periódicos de sátira
política a mediados del siglo XIX. Estos periódicos basaban su éxito en la
publicación de caricaturas litográficas que, en general, eran observaciones
costumbristas. Así, en la prensa periódica se desarrolló ampliamente el campo
de la caricatura política. En 1863 aparecería el periódico dominical "El
Mosquito", considerada como la primera revista con humor
político nacional. En "El Mosquito", que se publicaría hasta el año
1893, serían populares los dibujos de Henri Stein y las caricaturas de Henri
Meyer. En 1871, en Rosario, apareció el semanario dominical "La
Cabrionera", que definió a la sátira política y a la burla como su
principal línea editorial. Por otro lado, en 1884 llegaría la revista "Don
Quijote", de Eduardo Sojo (Demócrito), que duraría hasta
el año 1905, y en la cual se utilizaba la sátira política como ejercicio del
periodismo de opinión.
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Los primeros antecedentes de la historieta propiamente
dicha, en la Argentina, aparecen en las revistas "Caras
y Caretas", desde el año 1898 (imagen de la
izquierda) y "PBT",
desde el año 1904 (imagen de la derecha), donde los artículos de costumbres y
política aparecen con alguna ilustración. Se inicia con las "Tiras
comerciales" y los dibujos de Manuel Mayol (Heráclito) y José
María Cao, publicados en los primeros números de
"Caras y Caretas", y más precisamente con "La caza del
zorro" de Acquarone (en 1901, en esa misma revista). Al comienzo, los
globos se alternaban con los habituales textos al pie, en general sin tener
incidencia en la acción. Tanto la revista "Caras y Caretas" como
"PBT" fueron creadas por Eustaquio Pellicer. En "Caras y
Caretas" colaborarían, entre otros, Fray Mocho (seudónimo de José
Alvarez, quien a la postre sería director de la misma), Giménez, Zavattaro,
Eusevi, Redondo, Villalobos, Málaga Grenet, Valdivia, Mirko, Sirio, Columba,
Alonso, Huergo, Caballé, Fortuny, Sabat, Foradori, Steiger, Vaccari, Hohmann,
Sirio, Correa Luna, y los ya mencionados Cao y Mayol. En tanto, en
"PBT" colaborarían, entre otros, Pueyo, Vargas, Vera, Osés, Chiarela,
Teganos, Sanuy, Castro Rivera, Navarrette, Rúas, Holmberg, Rojas, Rabier y
Olivella. Por otra parte, desde 1904, Alberto Haynes editaría la revista
"El Hogar", que luego sería origen
de una poderosa editorial.
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Mientras tanto, en la primera década del siglo XX se
reproducen en la Argentina los primeros comics británicos y norteamericanos,
rebautizados en su mayoría con nombres locales. Es así que en 1909 aparecería
el primer número de la revista de aventuras "Tit-Bits", dirigida
por Rodolfo de Puga (click
aquí para ver el número
2000 de la revista), de la editorial Láinez.
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La primera historieta "secuencial" y con
personajes fijos que perdura (o sea, una verdadera "historieta")
fue "Viruta y
Chicharrón", de Manuel
Redondo y
Juan Sanuy, del año 1912, que aparecía en "Caras y Caretas". En
realidad, y contra lo que muchos creen, "Viruta
y Chicharrón" no fueron los primeros personajes de
la historieta argentina, ya que eran la versión vernácula de “SpareRibs and
Gravy”, dos personajes de George Mac Manus. Los diálogos de la misma se
desarrollaban únicamente por globos, y tenía más peso el juego linguístico
que el gráfico (click
aquí para ver una pequeña
tira). Y es un año después, en 1913,
cuando aparece, también en "Caras y Caretas", y de Manuel Redondo,
el primer personaje de la historieta argentina, "Don
Goyo de Sarrasqueta" (imagen de la derecha), quien
enfrentaba situaciones de las noticias de actualidad, generalmente
criticando. En este historieta no se utilizaban “globos” (eran textos al pie
de cada viñeta), y se publicaría ininterrumpidamente durante más de quince
años en forma semanal.
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Posteriormente, en "Caras y Caretas"
llegarían tiras como "El L.C. Timoteo y el pesquisa Doroteo" (1919,
de Luis Macaya), "Abraham Kancha, experto en Uper" (1927, de
Hersfield) y "Las aventuras de Chingolo"
(1929, de Crosby). En tanto, en la revista "PBT", llegarían otros
personajes nuevos, como "Aniceto
Cascarrabias" (dibujo de la izquierda), en 1915, de
Pedro de Rojas, quien sería el autor, posteriormente, de "Don Salamito y Doña Gaviota",
de "El esqueleto
rematado" (con diálogos entre un esqueleto y su
adquirente en un remate), y de “Smith
y Churrasco” (que eran dos detectives). En 1916, también en
"PBT" llegaría las tiras "Aventuras de un matrimonio aún sin
bautizar", luego bautizada con los nombres de "Don Tallarín y
Doña Tortuga" (a cargo de Oscar Soldati), y la historieta cómica de
ciencia-ficción "El explorador interplanetario” (de Juan Serrano), donde
los protagonistas ("Martín
Gala y K. Chupín"), provistos de unos artefactos
parecidos a las Alas Delta, recorren diferentes planetas del sistema solar.
Ya en 1927, aparecerían las "Andanzas
de Pantaleón Carmona" (derecha), de Messa, publicada por
"Femenil". Un año después llegaría la tira de dos alemanes viviendo
en Argentina, "Otto y Erich", a cargo de Raúl Roux. En esos años
surgieron también "Los éxitos de Pepe Antenita" (de Linage),
las "Aventuras de Prudencio Parabrisa" (de Rojas), las
"Aventuras de Tarantelli y Peteneras" (de Luis Bello),
"Goyito y Goyita" (de González Fossat), y "Las hijas de
Pastasciuta" (de Oscar Soldati), otra serie familiar que, en este
período, tenía una fuerte influencia de las comedias teatrales de entonces.
En 1928 se edita el álbum humorístico "Cómicas de Araceli", en el
que predominan los chistes gráficos. Ese mismo año surge la primera revista
exclusivamente integrada por historietas, "El
Tony", de Editorial Columba, lo que la ubica antes que
la primera editada en Estados Unidos, donde el comic se desarrolló
originalmente en los diarios.
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Y sería en 1931 cuando el personaje del "Indio Patoruzú"
(izquierda) tendría su propia tira en el diario "La Razón". Ese mismo
año llegaría la revista de historietas para niños "Bolita".
En 1933 aparecería, en la revista "Para Tí", la historieta "Tío
Migajas y Lucerito", con textos de Matilde Velaz Palacios y dibujos de
Bensadón. En 1934 llegaría "Cholo y Cacho", de Vidal Dávila, para
"Barrilete". Ese año se publicaría también "El
Nuevo Rico" (junto a su mayordomo "Federico"), de
Héctor Rodríguez. Desde 1935 aparecería la tira "Tancredo", de
Fantasio, primero en "La Razón y luego en "El Mundo". Ese mismo
año Daloisio publicaría a "Kid Tortazo", "Bimbo" y
"Don Juan Porteño", en la revista "Aconcagua". En éstas
décadas aparecerían también las tiras "El tonto de Capirote" y
"El Burro y el Comisario" (ambas de Navarrete),
"La señorita Pilar delira por manejar" (de Linage),
"Pajarito" (de Balza), "Corchito y compañía" (de
Martelli), "Pulgarín" (de Clemen), "Bolita" (de Páez
Torres), "Don Sandalio" (de Roux), "Lauchita y su
barra" (de Villafañe), "Piolín" (de Skitt), "Bigo y
Telli" (de Giraldo), etc.
Nacido a principios de la década del ‘50 en las tiras
del diario La Razón, en 1957 recala en las ya tradicionales revistas de
Columba "El
Cabo Savino" (derecha), primero en El Tony,
después en D'Artagnan y finalmente en Fantasía. El Cabo Savino es el primer
militar de la historieta argentina y su autor, Carlos Cassalla, recrea con el
personaje el mundo desesperante y marginado del soldado del fortín en las
campañas al desierto reflejando a la perfección la ambientación histórica,
las armas, el paisaje, la ropa, etc. Uno de los grandes temas que cuestiona
Cassalla con esta historieta es la legalidad sobre o de estas campañas al
desierto. Con esta misma temática gauchesca, podemos mencionar a "Lindor Covas",
de Walter Ciocca (publicada en el diario "La Razón" desde 1954), y
a las dos tiras de Enrique Rapela que llegarían posteriormente: "El
Huinca" (para la Editorial Dante Quinterno) y "Fabián Leyes",
que apareció durante varios años en el diario La Prensa.
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En ésta década (y la siguiente) editorial Columba
adaptaría populares radioteatros al formato de historietas. Un buen ejemplo
fue “El rubio Millán”, de Campos, en la revista Fantasía (en 1951, con
dibujos de Casalla) y en la revista Intervalo (en 1959, con dibujos de
Giordano).
En materia de novedades, en 1956 Patoruzú (con Andanzas de Patoruzú) y en 1957 Patoruzito (Con Correrías de Patoruzito) se "independizan" de las publicaciones que llevan sus nombres y que comparten con otras historietas, para estrenar sus propias revistas, con aventuras exclusivamente de ellos. Por su parte, el dibujante "Divito" ya es famoso no sólo por el dibujo de las curvas de sus personajes femeninos, sino también por sus revistas "Rico Tipo" y "El Doctor Merengue", en las que propuso una renovación al humor y la historieta cómica argentina, retomando la picaresca que no se practicaba desde hacía varias décadas. Un capítulo aparte lo conforman las insuperables "Chicas" (imagen de la izquierda), que formaron parte del imaginario colectivo: objetos eróticos inalcanzables para los hombres e ideal de belleza femenino no exento de envidia para las mujeres. Y se da que, en este decisivo año 1957, comienza a colaborar, tanto en esas revistas como en la recién salida Tía Vicenta, un autor que también revolucionará el comic mundial, y lo cambiará para siempre: Joaquín Lavado (Quino), quien, algunos años después, dará a luz a "Mafalda" y a toda la galería de personajes que la acompañaría. |
En cuanto a los nuevos personajes aparecidos a fines de
la década, vale mencionar que, desde 1958 (y por casi 11 años) en la revista
"Canal TV" se publicaría la historieta “Cholula, loca por los
astros”, la cual era una tira creada por De la Torre, guionado por Sagrera y
dibujada por Toño Gallo; en la misma, el personaje principal, "Cholula" (imagen
de la derecha), se la pasaba persiguiendo a los famosos, para, por ejemplo,
conseguir autógrafos, siendo capaz de montar guardia veinticuatro horas, con
tal de ver en persona a su ídolo favorito. Por su parte, hacia 1960 dos
nuevos personajes guionados por Ray Collins llegarían a la revista Misterix:
"Joe Gatillo" (creado por Da Mommio y con dibujos de
Carlos Vogt), y "Garrett,
el Montaraz" (con dibujos de Arturo del Castillo).
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Todo lo referido está relacionado con la parte
"artística" propiamente dicha. En cuanto al mercado, es importante
destacar que en el final de la década existían en Argentina alrededor de 60
revistas de historietas (sin contar las extranjeras). Las revistas Argentinas
vendían aproximadamente 1.300.000 ejemplares. Basten ejemplos como "Patoruzito",
que llegó a una tirada de 300.000 ejemplares, y el hecho de que, de las 6
revistas más vendidas en Buenos Aires, 5 eran argentinas ("El
Tony", "Intervalo", "D'Artagnan",
"Patoruzito", "Patoruzú")
y sólo una extranjera ("El
Pato Donald"). Finalmente, cabe destacar que, el
1º de Junio de 1960 apareció, con una frecuencia mensual, la revista infantil
"Pepín Cascarón", de la editorial
Dante Quinterno.
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Entre otras de las tiras aparecidas en ésta década,
podemos citar a: "Alamo Jim", de Albiac y
Casalla, que era un western de aventuras matizado con humor (en la revista
"El Tony"), "Argón,
el Justiciero", iniciada por Fernández y Mulko, y
continuada luego por Oesterheld y los hermanos Villagrán (para la Editorial
Columba), "Sónoman",
un superhéroe creado por Oswal (en 1966), "Gilgamesh, el inmortal"
(izquierda), creado por Olivera en 1970 (y guionada sucesivamente por él
mismo, por Mulko y por Wood), y "Che"
por Oesterheld y Alberto y Enrique Breccia, que era la biografía en forma de
historieta de Ernesto “Che” Guevara (fue editada en 1968 en forma casi
clandestina, y por eso fue casi inhallable hasta su reedición en libro, tres
décadas después). En esta década, y cerradas muchas revistas, pero con el
prestigio remanente de la Edad de Oro, muchos dibujantes se dedicaron a la
docencia.
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En cuanto a lo político, el gobierno militar comienza a
hacer sentir su censura en la historieta y en el humor gráfico. En 1966
clausura Tía Vicenta porque hace chistes con los bigotes de Onganía y, algo
mucho menos cómico, comienza a desconfiar de los guiones
"fantasiosos" de Oesterheld y a recibir el mensaje subliminal que
el guionista desarrolla en sus escritos. En 1969, para la revista Gente,
Oesterheld "aggiorna" el guión de "El
Eternauta", que esta vez dibuja Alberto
Breccia, y que no llega nunca a terminar de publicarse (la serie culminó
abruptamente), porque los ataques a la política son mucho menos sutiles y
mucho más directos que en su versión original, y por la incomprensión que
generó en los lectores, algunos de ellos nostálgicos de la primera versión.
También, en este último año de la década se produce un hecho que entristece a
todo el ámbito historietístico nacional: muere Divito, uno de los padres del
género.
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El 25 de julio de 1973 es un día decisivo para Mafalda (a la derecha, con Susanita), ya que
se despide formalmente de las tiras y no volverá "nunca más", por
decisión irrevocable de su propio autor (más sobre ésto haciendo click aquí).
El abandono coincide con la aparición de los primeros dibujos animados por
televisión, con los queQuino no está muy
conforme, pero no puede hacer nada, porque había cedido los derechos.
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La
instauración de una nueva dictadura no constituyó un campo fértil para las
publicaciones de humor gráfico, que con pocas ventas y acosadas por la
censura tuvieron una vida efímera, hasta que, en 1978, y después de tanto
tiempo sin voces, en medio de tanto silencio se produce un acontecimiento
fundamental: en ediciones "La Urraca", Andrés Cascioli funda la
revista "Humor Registrado" (conocida por todos
simplemente como la "Revista Humor") que, entre censuras y
amenazas, se irá perfilando como una publicación de abierta oposición a la
dictadura militar. En ella aparecerían tiras como “Vida interior” (de
Tabaré), “El Dr. Piccafeces” (imagen de la izquierda, de
Alfredo Grondona White), “Las puertitas del Sr. López” (de Trillo y Altuna),
“La clínica del Doctor Cureta” (de Meiji y Ceo), “El
recepcionista de arriba” (de Rep), etc. Se destacarían como historietistas,
además de los nombrados, Fontanarrosa,
Garaycochea, Nine, Fortín, Limura, Fabregat, Langer, Oski, Izquierdo Brown,
Daniel Paz, Maitena, Crist, Fati, Nine, Viuti, Sanz, Horatius, Cilencio,
Crist, Cardo y Sanyú.
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En 1978, Carlos Trillo recibe en Italia el "Yellow
Kid" como mejor guionista del mundo. Entre 1978 y 1979, en la revista
Tit-Bits, se publicaría "Wakantanka",
la historia de un indio chippewa, con guiones del desaparecido Oesterheld
(luego completada por Albiac) y dibujos de Juan Zanotto. En el año 1978, con
motivo del Mundial de Fútbol, comienzan a aparecer en televisión los cortos
con marionetas de Clemente, de éxito inmediato, pues los produce Caloi y los muñecos tiene la voz y la
esencia que espera la gente, por lo que "Clemente"
(derecha) se transforma en el "verdadero" símbolo popular del
mundial, destronando al "gauchito", símbolo oficial, al que incluso
derrota en su propia tira del diario. Por otra parte, entre 1978 y 1980, se
desarrollarían 3 ediciones del "Encuentro Nacional del Humor y la
Historieta", en la ciudad de Lobos (recién en 2011 llegaría la 4ª
edición del
evento).
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Entre los nuevos personajes, en 1979 llegaría "Pérez-Man",
de Bróccoli. En 1980 aparecería la historieta "Aguila Negra",
de Ray Collins y Solano López, para la revista "Nippur Magnum".
Además, el éxito de la selección Argentina de fútbol motivaría que, a fines
de la década, Jorge Toro creara la historieta "Gattin y el equipo", una
sátira en la cual distintos animales representaban a los jugadores que
participaban en el seleccionado. De todas formas, el fútbol ya había estado
presente en esta década con la serie "Dick, el artillero" (izquierda),
de José Luis Salinas y Alfredo Grassi, en el diario "La Prensa".
Por su parte, la Editorial Perfil lanzaría, en 1980, las historietas del
fotógrafo "Nico Cruz", a cargo de Albiac, Morhain, Vitacca y
Oswal.
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En cuanto a las revistas, en 1979 surgiría el fanzine
"¡Crash!", con ensayos y
estudios sobre el mundo de la historieta y sus creadores, y también el último
de los grandes títulos lanzados por la editorial Columba: "Nippur Magnum". Finalmente, en Julio de 1980, y como
una extensión de la revista "Humor", llegaría a los kioscos la
revista "SuperHumor".
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